Mi hijo quiso llevarse su cuadernillo de pegatinas y actividades y estuvo un rato entretenido "con sus cosas" pero lo mejor fueron los juegos al aire libre.
La playa en invierno es un lugar increíble,
lleno de nuevos descubrimientos para los niños. Estuvimos siguiendo las huellas de los pajaritos a ver hasta donde nos llevaban. Recogimos conchas para próximas actividades en casa (y también alguna que otra botella de plástico, para tirarla a la basura). Merendamos sentados en la arena viendo como los surfístas desafiaban el frío intentando conseguir la mejor ola. Jugamos al fútbol y creamos un circuito de obstáculos con palos que encontramos tirados por ahí.
Fue una tarde muy intensa y divertida. Disfrutando de jugar por jugar y aprovechando lo que la naturaleza nos da con su extrema generosidad. Los días de lluvia pasan y el sol volverá con fuerza, disfrutemos mientras tanto de las tardes de invierno.
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