- Separar el ocio y tiempo libre de las compras.
Por el ritmo al que vivimos y los horarios laborales es difícil encontrar tiempo entre semana para hacer "las compras", pero todo es cuestión de organizarse y proponérselo. Una de las "normas" de nuestra familia es no ir a un centro comercial el fin de semana. Para nosotros, este es un tiempo para la familia, para disfrutar de nuestro tiempo libre y de ocio, fuera de un ambiente consumista, es momento de disfrutar de la naturaleza, de la cultura... (en Educáldia cada semana os proponemos una actividad para realizar en familia).
- Hacer la lista de la compra antes de ir al supermercado e intentar comprar aquello que necesitamos.
Las asociaciones de consumidores nos recomiendan hacer la lista de la compra antes de ir al supermercado y no improvisar para no dejarnos llevar por los estímulos que recibimos y terminar comprando cosas innecesarias (particularmente, rechazo los supermercados que me ofrencen 3x2, para mí llevarme 3 productos, cuando solo necesito 1 es una manera de incitarme a consumir más)
- Pensar en algo en lo que "invertir" el dinero.
Como ya comentábamos en una entrada anterior, educar con el ejemplo es fundamental. Si queremos educar en un consumo responsable a nuestros hijos, seamos también nosotros consecuentes y no queramos vestirles siempre con marcas y pretender que ellos no nos "exijan" una marca en el futuro, por ejemplo. Lo mismo ocurre con nuestros caprichos.
- Tener una hucha para aprender a ahorrar.
Una hucha es una buena manera de enseñar a nuestros hijos a ahorrar, a guardar el dinero para comprar algo que quieran, a aprender a esperar para tener algo que desean. Podéis hacerla vosotros mismos con ellos, solo necesitáis una botella de plástico y algo para decorarla.
- Dialogar sobre lo que compramos y sobre los anuncios publicitarios.
Enseñar a nuestros hijos a "fabricar" sus propios juguetes con material reciclado, es una manera de educar en el consumo y potenciar su imaginación, no necesitan un coche o un castillo comprado, podemos hacerlos con una caja cartón.
- Sustituir productos industriales por productos caseros o más sanos.
Las meriendas, desayunos y comidas en general son una oportunidad para educar a nuestros hijos en el consumo responsable y en la alimentación sana. Podemos sustituir las galletas, chuches, bollos y productos industriales por fruta, frutos secos (teniendo en cuenta la edad a la que los pueden comer), quesitos...y repostería casera que ellos mismos elaboren.
En resumen:
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En nuestro caso guardamos esas moneditas que van sobrando para comprar libros, un animal de la colección o para ir al teatro. No se trata de decir a los niños el NO por el NO, expliquemos a nuestros hijos que preferimos guardar el dinero para algo que les guste, con lo que aprender o con lo que jugar. Enseñarles a priorizar a elegir qué es importante para ellos. Por ejemplo, a cada 100 metros que andamos en un centro comercial encontramos unos caballitos, moto, tren....artilugios de colores, música y formas atractivas para los pequeños que por 1 euro se mueven; maquinas que por 1 euro te dan un juguete....no puedo evitar que mi hijo se suba en ellas, pero nunca he echado una moneda (bueno alguna vez que íbamos con algún amiguito que lo hacía no me ha quedado más remedio), he explicado a mi hijo que poner ahí una moneda no nos aporta nada solo se mueve durante 1 minuto... ¿y luego?
Como ya comentábamos en una entrada anterior, educar con el ejemplo es fundamental. Si queremos educar en un consumo responsable a nuestros hijos, seamos también nosotros consecuentes y no queramos vestirles siempre con marcas y pretender que ellos no nos "exijan" una marca en el futuro, por ejemplo. Lo mismo ocurre con nuestros caprichos.
- Tener una hucha para aprender a ahorrar.
Una hucha es una buena manera de enseñar a nuestros hijos a ahorrar, a guardar el dinero para comprar algo que quieran, a aprender a esperar para tener algo que desean. Podéis hacerla vosotros mismos con ellos, solo necesitáis una botella de plástico y algo para decorarla.
- Dialogar sobre lo que compramos y sobre los anuncios publicitarios.
Muchas veces nuestros hijos simplemente comparten con nosotros algo que están viendo y les llama la atención, nosotros contestamos con respuestas automáticas: NO, NO lo voy a comprar....sin darnos cuenta que solo están verbalizando algo que ven. Debemos pararnos a escucharles y empatizar con ellos "llevas razón, ese muñeco es muy bonito. ¿te gusta?¿qué es lo que te gusta de ese muñeco?....¿por qué crees que te van a gustar esos cereales? que tengan un león en la caja, no significa que sean....mira, estos son iguales por dentro aunque no tengan un león dibujado.....hoy no necesitamos comprar eso...necesitamos....La escucha y el dialogo son imprescindibles para que entiendan el mundo.
- Ofrecer alternativas a juguetes con material reciclado.
Enseñar a nuestros hijos a "fabricar" sus propios juguetes con material reciclado, es una manera de educar en el consumo y potenciar su imaginación, no necesitan un coche o un castillo comprado, podemos hacerlos con una caja cartón.
- Sustituir productos industriales por productos caseros o más sanos.
Las meriendas, desayunos y comidas en general son una oportunidad para educar a nuestros hijos en el consumo responsable y en la alimentación sana. Podemos sustituir las galletas, chuches, bollos y productos industriales por fruta, frutos secos (teniendo en cuenta la edad a la que los pueden comer), quesitos...y repostería casera que ellos mismos elaboren.
En resumen:
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