El Método Montessori se basa en las teorías científicas de
María Montessori, antropóloga y experta en educación quien realizó numerosos
estudios llegando a la conclusión de que un ambiente adecuado, cuidadosamente
preparado, era fundamental para el desarrollo y la estimulación de los niños,
favoreciendo así su aprendizaje.
Fundó su primera escuela en 1907 y más de un
siglo después su método sigue plenamente vigente y en evolución.
En las escuelas Montessori niños de distintas edades comparten la misma clase. Pueden escoger
libremente la mayoría de las actividades que realizarán cada día, estas
actividades están guiadas por un adulto para que los niños aprendan ciertas
habilidades pero es el niño el que las desarrolla pues la mayoría de estas actividades son manuales lo que aumenta el interés de los alumnos por llevarlas a cabo y aprender, consiguiendo de esta forma concentración y autodisciplina. Y a pesar de que los niños pueden
moverse libremente por el aula normalmente nos sorprende el orden, el silencio y la concentración de los niños en estos espacios, donde existen límites pero no se aplican castigos.
Los profesores o maestros que siguen el programa creado por María Montessori son una guía para sus
alumnos, los ayudan a descubrir por si mismos, presentan los nuevos materiales
que puedan interesarles y animan a los alumnos a ayudarse entre ellos, a compartir y colaborar,
de ahí la importancia de que los alumnos de distintas edades se mezclen en un
mismo aula. Además, cuando los mayores ayudan a los pequeños están a su vez
reforzando su propio conocimiento al recordar lo ya aprendido y tener que
explicarlo, esto mejora su autoestima y el respeto hacia los demás.
Aula de la Escuela Pública de El Boalo (Madrid) |
En las escuelas Montessori se respeta el ritmo individual de
cada alumno para que desarrolle plenamente su potencial. No se realiza un
seguimiento competitivo de los alumnos evitando así las comparaciones de unos
niños con otros. A diferencia de la escuela tradicional, el maestro no impone
el conocimento al alumno sino que se trabaja en la colaboración adulto-niño con
el fin de que el alumno alcance el máximo de sus capacidades intelectuales.
Las actividades se realizan con materiales y objetos reales
que los niños pueden manipular, así por ejemplo, en el método Montessori se
cocina de verdad, no imaginando o en una cocina de juguete. Los materiales
Montessori son bastante atractivos para los niños y consiguen captar su interés
un tiempo prolongado, acostumbrándose así a concentrarse en una tarea.
Las actividades pueden realizarse en grupo o de forma
individual, según decidan los propios alumnos. Se aprende a compartir pero
también a respetar el espacio de los demás a la hora de trabajar.
Agradezco tu artículo es bastante preciso y claro sobre el método. Es cierta la dificultad de implementar el método en casa, y faltan guías para organizar el día a día, el mes a mes. Yo crío y educo en casa, y es una enorme tarea que muchas veces por mis propias obligaciones debo modificar o suspender. Faltan manos y tiempo. A veces debemos aterrizar nuestras expectativas al educar. Considerando que para un niño, también es aprendizaje acompañar y colaborar en las tareas domésticas o en diligencias, entre otras. Creo que el desafío es potenciar el aprendizaje en todo tipo actividades. Sigan compartiendo, siempre alguien lee.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario. Hace tiempo que tengo parado el blog por temas personales pero realmente me gustaría volver a escribir de vez en cuando y compartir nuestra experiencia y más aún si puedo ayudar, muchas gracias, de corazón
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