En la entrada anterior, se daban unas pautas básicas para la narración de cuentos desde el nacimiento a los 5 años.
También hemos hablado en otras entradas de la importancia que tiene que el niños haya escuchado y continúe escuchando diferentes tipos de cuentos, leídos, narrados, acompañados por rimas, nanas, movimientos. Esta es una manera de dar sentido al lenguaje oral y escrito, acompañándolo de la emoción e interacción entre el adulto y el niño.
Ahora nos centraremos en la etapa que va desde los cuatro a los seis años de edad.
En este momento, es importante trabajar los cuentos como portadores de texto.
Através la lectura, os invitamos a analizar ¿cómo se escriben los cuentos?¿cómo se empiezan?¿cómo terminan?¿quién los escribe?¿quién los dibuja?¿cómo son por fuera?.
Cuando vayamos a leer un libro, comenzaremos con la lectura de la portada, la contraportada (las dos páginas a la vez, abriendo del todo el libro)
y la pestaña primera (página del
interior),
estas ilustraciones, sirven para lanzar suposiciones sobre la
historia que nos va a contar el cuento, quién es su protagonista, cómo se siente (nos fijaremos en su cara, si
está contento, triste, asustado), con quién está, qué tiene. Podemos proponer: ¿cómo creés que se llama este cuento? ¿Por qué? A partir de este
momento se narra el cuento prestando atención a las imágenes, parándonos siempre que sea
necesario, preguntándo, haciéndo a niño partícipe de la trama.
Hablaremos sobre su autor e ilustrador, buscaremos sus nombres en la portada.
El título, observando la diferencia entre las letras que se utilizan (distintos tipos de letras se pueden leer de la misma manera), no me gusta enseñar a los niños a leer en un solo tipo de letra, en la vida real se encuentran todas.
El título, observando la diferencia entre las letras que se utilizan (distintos tipos de letras se pueden leer de la misma manera), no me gusta enseñar a los niños a leer en un solo tipo de letra, en la vida real se encuentran todas.
Los álbunes ilustrados, los más apropiados para esta etapa, nos ofrecen un importante recurso para trabajar el mundo emocional a través de las imágenes, en ellas se manifiestan múltiples sentimientos, es una manera de enseñar a los pequeños a "leer" los estados de ánimo en otras personas, en los colores, en los paisajes...dialoguemos continuamente sobre ellos en la lectura de cuentos, ayudarán a los más pequeños a identificar y nombrar sus emociones. ¿cómo crees que se sentía Encarnita?¿por qué? ¿qué crees que le había pasado?¿cómo están sus ojos? ¿y su cuerpo?¿tú te siente a vaces así?¿cuándo?¿qué haces para sentirte mejor?¿quién te ayuda a sentirte mejor?....¿qué crees que ayudaría a Encarnita a no estar así?.
Una vez hemos narrado el cuento (puede ser a través de las imágenes o del texto como se mencionaba en la entrada anterior), conversamos: ¿Qué es lo que más te ha gustado?, ¿cuál es el dibujo
que más os ha gustado?, puede intentar pintarlo él, ella. ¿te ha pasado a ti alguna vez algo así?.
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