No voy a entrar en polémicas sobre la edad de escolarización obligatoria, no es ese el tema que me preocupa ahora mismo. Es algo mucho más personal, se trata de qué he estado hasta ahora haciendo con el niño en casa.
Reconozco que he pasado temporadas mejores que otras, supongo que también se debe a errores de primeriza que por suerte la bebé no va a tener que sufrir. Gracias a Dios hemos encontrado nuestro ritmo, hemos alcanzado una tranquilidad que por unas cosas y otras parecía no llegar nunca a nuestra familia, supongo que es verdad eso de que lo bueno se hace esperar, quizá así lo apreciemos más.
Y ahora que me siento más relajada me doy cuenta de que vamos a cumplir seis años como papás, seis años de experiencias nuevas, de alegrías y dificultades, seis años de felicidad. Puede parecer pretencioso o cursi pero al mirar a mi hijo siento orgullo, orgullo personal por haber sido capaz de seguir nuestro instinto y criar a nuestro hijo a nuestra manera y verle feliz. Y esto me lleva a otra reflexión, ya como mamá con la mente desescolarizada ¿criar o educar? ¿crianza o homeschooling? ¿Se puede hablar de "educación formal" antes de la lecto-escritura? Ahora friamente divido esta etapa en dos periodos: antes de los tres y después de los tres años. Dos etapas totalmente diferentes en la vida del niño (y de la familia).
Muchos días me agobiaba pensando: ¡hoy el niño no ha hecho nada! ¡se ha pasado el día jugando! y eso me estresaba bastante. Cometía el error de compararme con otras familias escolarizadas y pretendía llevar la escuela a casa cuando justamente eso era lo que quería evitar.
Hemos hecho muchas cosas, muchas están reflejadas en este blog, pero creo que lo que más hemos hecho ha sido disfrutar. Tal vez suene poco pretencioso pero esa es la verdad. Disfrutar de cada momento. A pesar de mis momentos de Síndrome de Angustia Homenschooler, a pesar de que he puesto más de una "malvada ficha" para que hiciera el mayor, en general nos hemos guiado por lo que le apetecía hacer al niño y así hemos descubierto insectos y cazado más bichos de los que jamás hubiera imaginado. Hemos descubierto estrellas, el placer de los cuentos, el teatro, la música... Yo como mamá he aprendido muchísimo, he leído y me he preparado cada día para poder ofrecerle lo mejor cuando llegue el momento, cuando ellos estén preparados. He cometido errores por querer avanzar más rápido de lo que el mayor estaba preparado, por querer seguir métodos que a mí me han parecido fabulosos como Charlotte Mason pero que no han cuajado en el mayor (aunque sin forzar hemos seguido sus indicaciones: lecciones cortas, cortísimas, los living books... He conocido sistemas que hemos implementado y ajustado a nuestras necesidades como las educajas o workbox, que por momentos he amado y también odiado ¡cuándo no haciamos nada de lo planeado ese día! Momentos de caos que ahora me hacen sonreír pero que me han agobiado mucho ¡no llegamos! ¡no llegamos! cómo si hubiera que llegar en día y fecha a algún sitio sin darme cuenta de que esto es a largo plazo.
Poco a poco hemos encontrado nuestro camino... y así pasaron seis años.
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