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Plan para el fin de semana: Cuenta-cuentos o la importancia de amar los libros

Hace unos días viví una experiencia preciosa gracias a una amiga que me cedió su salón para celebrar un cuenta-cuentos para sus hijos y los hijos de sus amigas. Fue realmente especial porque el mayor tenía sólo tres años y medio y conseguir que los seis peques estuvieran atentos a la lectura fue para mí en algunos momentos complicado pero todo el rato divertido y emocionante.

En realidad, creo que fue el cuenta-cuentos más
rápido de la historia pero todos lo disfrutamos mucho y después hicimos algunas actividades en familia relacionadas con el libro que acabábamos de leer y hablamos sobre algunos trucos para fomentar el interés de los niños en la lectura para que quieran leer más y sobre todo para empezar a trabajar poco a poco la comprensión lectora haciendo preguntas a los niños sobre lo que acabamos de ver y, cuando son tan pequeños como los nenes de ayer, como debemos fijarnos  en los dibujos, los colores, las expresiones y los sentimientos, como hemos ido viendo en las diferentes entradas del blog en las que hemos tratado este tema. Puedes verlas todas  aquí.

Acudir a un cuenta-cuentos en familia es una actividad muy interesante para aproximar a los niños a la lectura. A veces dejamos los libros solo para la hora de ir a la cama. Un cuento, un beso y a dormir. Sin darnos cuenta de que un libro nos ofrece muchas horas de entretenimiento y aprendizaje lúdico. Todos recordamos con cariño algún libro especial de nuestra infancia, por sus dibujos, porque con él aprendimos a leer, por las aventuras de su protagonista (que convertimos en nuestras aventuras). Las historias que vivimos gracias a los libros nos acompañan toda la vida, nos ayudan a aprender, a reflexionar. Los libros nos permiten ver el mundo con otros ojos, nos llaman la atención sobre cosas en las que antes no nos habíamos fijado. Nos transforman y nos ayudan a crecer.

El mundo de los libros es un mundo maravilloso y sorprendente al que debemos llevar a nuestros hijos de la mano, acompañándoles en el descubrimiento de sus primeros libros, las formas, los colores. Más adelante con historias sencillas, ricamente ilustradas para pasar, sin darnos cuenta, porque los niños crecen mientras los papas pestañeamos, a que ya es nuestro hijo el que nos empieza a contar la historia, de pronto le veremos a él solito acudir a su pequeña biblioteca (los libros infantiles siempre deben estar al alcance de los niños) para sentarse a leer o a mirar los dibujos y las ilustraciones. Pronto tendrá sus libros preferidos, libros que acabaremos aprendiendo de memoria de tanto leer y releer. Las horas que pasemos leyendo con nuestros hijos serán uno de los mejores recuerdos que guarde de su infancia, será un regalo que guardará toda la vida, porque los libros  nos dan libertad, libertad para soñar, viajar, descubrir, aprender... Los libros nos enseñan a vivir.

Ya se que vivimos en la era de la tecnología, que los niños saben manejar el ordenador antes de usar el chupete. No vamos a negar los avances de la ciencia pero los niños deben aprender de pequeñitos el amor por los libros. Existen muchas aplicaciones infantiles, de aprendizaje, de diversión. Es interesante conocerlas y saber que están ahí. Son una opción más y muy útil. El niño va a crecer en un mundo donde todo se ve a través de una pantalla pero no por eso, o más bien, justamente por eso debemos enseñarle a amar los libros. Si, hay libros digitales, y cada vez habrá más, pero los libros infantiles deben estar en papel. Los niños muy pequeños, menores de tres años, no deben (no deberían) fijar la vista en pantallas, ya se que ahora con los móviles, las tabletas, la televisión y el ordenador es difícil pero no es imposible... aquí os dejo varios artículos que reflexionan sobre esta cuestión: La "tele" para bebes y Dejad que se acerquen a las pantallas ¿o no?

Me gusta cuando los libros están desgastados por el uso. Y también me gusta el olor a nuevo de los libros que todavía están en la librería esperando ser descubiertos. Ese amor a mi me lo transmitió mi madre y yo se lo transmito a mi hijo, que ya tiene varios libros "de cabecera" sin los que no podemos viajar. Los niños aprenden de nuestro ejemplo, ellos leerán si nos ven leer, si ven que en casa se aman los libros, si leemos con ellos. Convertir la lectura en una forma de ocio más y sobre todo es importante que leer no se convierta en una obligación ni un castigo, pues es entonces cuando se empieza a rechazar los libros y a verlos como objetos aburridos, este es un trabajo de los padres que empieza en la niñez y continúa hasta la adolescencia. Una forma sencilla de transformar la lectura en una opción de ocio para la familia es acudir a las bibliotecas en familia y juntos descubrir nuevos libros distintos a los que tenemos en casa y también, porque no acudir a un cuenta-cuentos u organizarlo en casa.



No podemos negarlo, en Educaldia nos gustan los libros. 



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