Día del libro: aprender a leer

Ya está aquí el día del libro  y como siempre la blogosfera se llena de interminables listas con los mejores libros para niños y adultos, la verdad es que estás listas son fantásticas y te ayudan a decidir si comprar uno u otro libro o cual buscar en la biblioteca, pero hoy por aquí no vamos a recomendar libros sino que quiero enseñaros el nuevo indice que he preparado para la sección de lectoescritura, porque los libros son importantes pero aprender a leer es fundamental.

¿cómo aprendemos a leer? ¿cuándo empezar a enseñar a los niños? es una de las grandes dudas de casi todas las familias y de los educadores, tanto si aprenden en casa como si no, la verdad es que hay teorías para todos los gustos, desde el Método Doman de estimulación temprana que enseña a leer a los bebes hasta los unschooller que dicen que los niños aprenderán solos cuando se sientan preparados (puedes aprender más sobre esto en este libro: Teach your own. Nosotros hemos seguido en casa lo que se llama método ecléctico y la verdad es que estamos satisfechos.





A lo largo de los tres años que llevamos escribiendo este blog hemos  hablado por aquí de muchos aspectos de la lectoescritura, aquí te dejo una recopilación de los más interesantes: (pinchando en las imágenes llegarás a cada post, esto estará de forma permanente en la sección  LECTOESCRITURA para que sea fácil acceder al tema que nos interesa

Los comienzos:



La teoría:

               


Elegir y contar cuentos:



               


Ideas para empezar con la lectura;

   


Bueno, estas son unas ideas, poco a poco iré terminando el índice de lectoescritura porque hay muchas entradas sobre el tema ya en el blog y así es más fácil de encontrar todo.

Un abrazo. Feliz día















Rabietas infantiles

Tendemos, por lo general, a menospreciar o minusvalorar las rabietas de los niños o incluso (aún peor) llegamos a negarlas o rechazarlas: un niño bueno no tiene rabieta, no es para tanto, deja de llorar... son frases típicas que se escuchan por ahí.

Muchas veces culpabilizamos o juzgamos a los padres del comportamiento del niño, pocas veces nos ponemos en su lugar, es difícil saber reaccionar ante una "rabieta" y más aún cuando te sientes observado (y juzgado). La realidad es que cada padre encontrará su truco para enfrentarse a las rabietas de sus hijos, este será mejor o peor, pero sin duda será el mejor que su padre le puede ofrecer en ese momento, probablemente por que a él/ella lo trataron así siendo niño y no tiene más recursos para enfrentarse a esta situación.

¿Qué podemos hacer ante una rabieta?

Un adulto generalmente es capaz de decir ¡basta ya! cuando sabe que está a punto de explotar y aún así hay situaciones que nos superan y explotamos y tenemos "rabietas" aunque no nos tiremos al suelo del supermercado a llorar. Nuestras rabietas son distintas a las de los niños porque hemos aprendido a controlar nuestros impulsos, tenemos herramientas para manejar la situación y sin embargo, muchas veces nos vemos desbordados. ¡Es la gota que colma el vaso!

¿Cómo queremos pretender que un niño de tres años tenga los recursos necesarios? Día a día los niños se enfrentan a situaciones contradictorias y a decisiones con muchas variables y posibilidades, que en general les sitúan frente a un disfrute "a futuro" difícil de entender para un niño que vive y conoce únicamente el presente: Quiero algo y no puedo tenerlo. Esto pasa muchas veces cuando los padres utilizamos el premio para evitar una temida rabieta: "después de merendar te doy una chuche". Reconozco que es difícil mantenerse firme, pero hay que intentarlo (aunque a veces tenemos en contra nuestro más frentes abiertos de los que nos gustaría). Focalizar la atención en el niño que sufre rabietas a menudo es imprescindible para encontrar el problema real que lleva a este comportamiento.

Decir que las rabietas son parte de una etapa o una fase en el desarrollo de los niños es querer negar que los niños tienen sentimientos y necesidades. Las rabietas "viven" con nosotros en la niñez, en la adolescencia, en la edad adulta y en la vejez, simplemente van cambiando de forma, vamos aprendiendo a verlas venir y superarlas. Para los padres las rabietas deben ser una llamada de atención, deben ponernos alerta para prestar atención al niño. No me refiero a ceder en su demanda sino a ir más allá, preguntarnos ¿qué le pasa? ¿qué ha desencadenado esta reacción? Cuando un niño tiene un comportamiento que podríamos considerar de "ira" no podemos quedarnos simplemente en la acción superficial (el ataque, la rabieta) debemos buscar la causa de su malestar y en la medida de nuestras necesidades ayudar al niño a superar este obstáculo.

Dos ejemplos:


 Un ejemplo sencillo, que probablemente todos hemos vivido: rabieta por cansancio. Conocida por todos pero a la vez muy ignorada. Se puede dar a cualquier hora del día pero generalmente a partir de las siete de la tarde, posible escena: padres sentados en una terraza disfrutando por fin de un rato libre y niños que gritan a su alrededor sin control, en el transcurso del juego algo, puede ser un golpe, un juguete que uno quita a otro, lo que sea, desencadena el llanto instantáneo, el grito, el estrés. Es cansancio, sencillamente cansancio. Pero si hace un minuto estaba corriendo y pasándolo bien, sí pero el cansancio está ahí, y los padres debemos ser conscientes de la situación. Podemos irnos a casa respetando los ritmos del niño o seguir tomando algo respetando nuestras propias necesidades, son dos opciones posibles pero en ambas deberíamos intentar ser conscientes de que el niño esta cansado, demasiado cansado, tanto que está irritable. Si optamos por ir a casa deberíamos evitar las frases que lo culpabilicen "hala, ya nos vamos a casa, mira que te pones pesadito, no se puede ir contigo a ningún sitio" para decir algo así creo que es mejor no hablar.  Y si nos quedamos (por las razones que sea, puede que sea una ocasión especial) pues sería bueno coger al niño, calmarlo, acunarlo en nuestros brazos (da lo mismo la edad del niño para darle mimos y demostrarle que estamos aquí) e intentar seguir disfrutando de la velada y de la paternidad/maternidad como algo que forma parte de la vida, no como algo paralelo a la vida. 

He comprobado que lo mejor para evitar una rabieta es evitarla. Otro ejemplo clásico: rabieta en el supermercado. El consumismo de los niños muchas veces es descontrolado, se enfrentan continuamente a estímulos de compra, anuncios, publicidad, productos llamativos... por no hablar de las constantes contradicciones en las que caemos los padres por utilizar "productos de consumo" como premios o castigo. Ahora te doy esto, ahora no. Eso da para otros muchos post. Volvemos a la escena. Familia con niño en el super, el niño quiere algo y los padres dicen que no. Aquí cada padre tiene sus recursos. Empujar al niño hasta otro pasillo confiando en que olvide aquel objeto del deseo, esta opción tiene el inconveniente de que probablemente en el otro pasillo haya algo que nuevamente llame su atención. Otra opción es ceder, puede que no sea para tanto. Otra opción es ignorarlo y dejar al niño solo protestando o hacer eso de "este no es mi hijo" bueno, no se si funciona pero por lo que cuentan se utiliza bastante. A mi me funciona decir "no llevo dinero" y por lo general se acaba la discusión (esto lleva un aprendizaje anterior para hacer entender al niño el valor de las cosas) y una opción muy buena, en la que hay aprendizaje y cooperación y que evita la rabieta anticipándose a ella, que ya digo que es la mejor opción, es tan sencillo como llevar una lista de la compra. Si está en la lista, se compra, y en casa, en frío negociamos si compramos algún capricho, que vamos a comer, a desayunar, que hace falta para la casa... Esta opción además de anticiparse a una posible rabieta nos hace ahorrar y es bastante eficaz, y ya si los niños dibujan o escriben la lista de la compra mejor que mejor.

Aquí os dejo unos links con más reflexiones sobre las rabietas:



Y este sobre el consumo:





Antes de los 6: homeschooling o crianza

No voy a entrar en polémicas sobre la edad de escolarización obligatoria, no es ese el tema que me preocupa ahora mismo. Es algo mucho más personal, se trata de qué he estado hasta ahora haciendo con el niño en casa.

Reconozco que he pasado temporadas mejores que otras, supongo que también se debe a errores de primeriza que por suerte la bebé no va a tener que sufrir. Gracias a Dios hemos encontrado nuestro ritmo, hemos alcanzado una tranquilidad que por unas cosas y otras parecía no llegar nunca a nuestra familia, supongo que es verdad eso de que lo bueno se hace esperar, quizá así lo apreciemos más.

Y ahora que me siento más relajada me doy cuenta de que vamos a cumplir seis años como papás, seis años de experiencias nuevas, de alegrías y dificultades, seis años de felicidad. Puede parecer pretencioso o cursi pero al mirar a mi hijo siento orgullo, orgullo personal por haber sido capaz de seguir nuestro instinto y criar a nuestro hijo a nuestra manera y verle feliz. Y esto me lleva a otra reflexión, ya como mamá con la mente desescolarizada ¿criar o educar? ¿crianza o homeschooling? ¿Se puede hablar de "educación formal" antes de la lecto-escritura? Ahora friamente divido esta etapa en dos periodos: antes de los tres y después de los tres años. Dos etapas totalmente diferentes en la vida del niño (y de la familia).

educacion alternativa recursos familia homeschooling


Muchos días me agobiaba pensando: ¡hoy el niño no ha hecho nada! ¡se ha pasado el día jugando! y eso me estresaba bastante. Cometía el error de compararme con otras familias escolarizadas y pretendía llevar la escuela a casa cuando justamente eso era lo que quería evitar.

Hemos hecho muchas cosas, muchas están reflejadas en este blog, pero creo que lo que más hemos hecho ha sido disfrutar. Tal vez suene poco pretencioso pero esa es la verdad. Disfrutar de cada momento. A pesar de mis momentos de Síndrome de Angustia Homenschooler, a pesar de que he puesto más de una "malvada ficha" para que hiciera el mayor, en general nos hemos guiado por lo que le apetecía hacer al niño y así hemos descubierto insectos y cazado más bichos de los que jamás hubiera imaginado. Hemos descubierto estrellas, el placer de los cuentos, el teatro, la música... Yo como mamá he aprendido muchísimo, he leído y me he preparado cada día para poder ofrecerle lo  mejor cuando llegue el momento, cuando ellos estén preparados. He cometido errores por querer avanzar más rápido de lo que el mayor estaba preparado, por querer seguir métodos que a mí me han parecido fabulosos como Charlotte Mason pero que no han cuajado en el mayor (aunque sin forzar hemos seguido sus indicaciones: lecciones cortas, cortísimas, los living books... He conocido sistemas que hemos implementado y ajustado a nuestras necesidades como las educajas o workbox, que por momentos he amado y también odiado ¡cuándo no haciamos nada de lo planeado ese día! Momentos de caos que ahora me hacen sonreír pero que me han agobiado mucho ¡no llegamos! ¡no llegamos! cómo si hubiera que llegar en día y fecha a algún sitio sin darme cuenta de que esto es a largo plazo.

Poco a poco hemos encontrado nuestro camino... y así pasaron seis años.




Compartir y respetar

Una de las frases "favoritas" de los niños (y de muchos padres) es "hay que compartir". A mí esa frase cada día me chirría más. Por circunstancias de la vida mi hijo se ha visto en la necesidad de "ceder" o "compartir" muchos de sus juguetes, muchos no quiere decir todos, tiene algunos que son especialmente apreciados para él y esos no los deja ni estando en confianza, mucho menos a desconocidos. Sí, los niños a los que no se ha visto nunca también son desconocidos. Por eso frente al "hay que compartir" yo respondo: "también hay que aprender a respetar lo de los demás; muchos padres me miran extrañados, algunos sorprendidos y otros ponen cara de "vaya niño consentido". Pues no.



Sólo alguien que se queda en la anécdota superficial puede pensar que un niño es un consentido por no dejar un juguete. Puede ser su favorito, puede ser nuevo, puede ser simplemente un niño cuidadoso escarmentado de que le rompan sus cosas, puede sencillamente tener un día "no".
¿por qué no respetar? ¿por qué no enseñar también que las cosas tienen dueño? que NO ES NO. ¿Por qué el propietario tiene que justificarse o incluso a veces disculparse? Los padres ponen cara de "perdona, mi hijo es un egoísta" ¡pues no lo es! es una persona normal. Y si no deja un juguete no pasa nada y si lo deja pues mejor, probablemente se diviertan más jugando juntos, pero tiene que descubrirlo por sí mismo. O tal vez no, tal vez el juguete se rompa ¿y entonces? ¿qué explicamos a nuestro hijo si le hemos obligado a compartir? ¿qué le estamos enseñando? ¿qué está aprendiendo?

No se debe obligar a compartir por eso en casa somos partidarios de aprender a respetar, que tampoco es tarea fácil.



El primer mes del bebé

El primer mes de un bebé se pasa demasiado de prisa, aún más rápido si es el segundo, ni que decir si se trata del tercero... La emoción de la llegada, los nervios por acoger a esa nueva persona a la que llevas tanto tiempo esperando, a veces nos juegan la mala pasada de no dejarnos disfrutar de esos primeros momentos.





El primer mes del bebé es el momento de encontrarte cara a cara con tu pequeño, contemplarlo activamente, su mirada, su olor, su tacto. Es el momento de crear un vínculo mágico con la lactancia, de intentarlo, de conseguirlo. Es el momento de olvidar nuestras expectativas, tanto las positivas como las negativas ¿por qué duerme tanto? ¿por qué no duerme? ¿por qué llora? ¿por qué no llora? y regalarnos la felicidad de conocer a nuestro bebé.

No se si es políticamente correcto decirlo pero estos primeros días son para el bebé y la mamá. Sólo para ellos. Tanto si es el primero como el quinto bebé se debe respetar ese momento mágico de unión entre bebé y mamá, abriendo el círculo al núcleo familiar cuando existen el papá y los hermanos. Después estarán los abuelos, amigos y demás familia. Obviamente la emoción e ilusión de todos al ver al nuevo miembro de la familia impide cumplir esto al 100% pero creo que sería bonito que la mamá en esos momentos no tuviera que preocuparse por nada que no sean ella misma y su bebé, y mucho menos por asuntos absurdos como el que dirán o el quedar bien y otras estupideces varias que se dan tanto en estas ocasiones en nuestra sociedad del aparentar y el fingir.

Laissez faire, laissez passer. 

Grupos de Apoyo

Muchas veces vemos por Internet imágenes con la frase "para educar a un niño hace falta la tribu entera" pero ¿qué pasa si no tenemos esa tribu? ¿y si la familia está lejos? ¿qué pasa cuando nuestras ideas parecen chocar con las del resto de la familia? cuando parece que nadie te entiende. Es entonces cuando sentimos la necesidad de buscar grupos de apoyo, de crear nuestra tribu,  ese grupo donde podemos sentirnos cómodos, donde compartir, expresar nuestras dudas y nuestras alegrías. Muchas veces este apoyo lo encontramos en nuestra Iglesia, la mayoría cuentan con grupos que participan de una u otra forma con la comunidad pero existen muchos grupos de apoyo que se adaptan a tus necesidades, ya sean como mujer, madre o familia. Ycomo dice una amiga: "si no encuentras tu grupo ¡créalo!"


Piensa que si tú tienes una necesidad o inquietud seguro que otra persona se siente igual y probablemente esté cerca de ti.  Tener un grupo cerca (física o virtualmente) te ayuda a relativizar los problemas, a desestresarte, cambiar de aires e incluso a organizarte mejor porque buscarás la manera de hacer todo y encontrar tiempo para acudir al grupo.

Ya sea de crianza o de crochet es bueno sentirse parte de algo y en el caso de las familias homeschooler creo que es algo fundamental porque a veces (demasiadas veces) nos sentimos bichos raros y los grupos nos "normalizan" por decirlo de una forma. Recuerdo el día que conocí a una mujer (ahora amiga) con hijos de 18 y 20 años que nunca habían ido al colegio ¡pura inspiración! que no hubiera conocido de no ser por el grupo.

De pronto descubres que màs gente de la que piensas a tu alrededor comparte tus inquietudes en crianza, educación, lactancia... empiezas acrear tu propia tribu que te ayuda a crecer como persona, a ser quién eres, que quieres llegar a ser o simplemente pasar un buen rato. Quizá esto es lo que llaman socialización pero reconozco que en nuestra experiencia, aunque participamos en grupos familiares, este apoyo, esta socialización, es más para los adultos (para mí) que para los niños. A mi hijo le gusta ir pero yo lo necesito.




Encontrarás más reflexiones sobre la tribu en este enlace.














Homeschooling con un bebé en casa



Si el homeschooling ya es de por si un reto en la organización familiar, la llegada de un bebe a casa puede suponer toda una revolución. Con un niño de 5 años y un bebe de 6 meses llegar a la noche y tener cena ya me parece un éxito :)

Bromas a parte, reconozco que estos primeros meses están siendo duros, demasiado duros. El trabajo, la casa, los niños y el homeschooling. He sufrido días de angustia. Días de gritar ¡no puedo más! pero no sabes como el cuerpo aguanta y tiras para adelante y robas horas al sueño y tiras de atajos con algún libro de texto y alguna ficha. Reconozco que ahora que empezamos con la lecto-escritura pura y dura nos están viniendo muy bien y a mí me liberan un poquito a la hora de preparar recursos para la semana.

Al ver a la bebé pienso en lo diferente que están siendo sus primeros meses de vida comparados con los de su hermano, ya se que las comparaciones son odiosas, pero así soy yo... aunque intento mejorar :)



El mayor me tenía 24h sola para él, no trabajaba y vivíamos al lado de la casa de los abuelos. La lactancia fue fácil, dormir era fácil (luego se fue complicando) no me enteré de los dientes, ni de mocos, ni toses, adoraba a mi pediatra... todo muy feliz. Pero ¡ay la bebé! autónomos (no digo trabajando, digo autónomos) el mayor que requiere su tiempo y espacio, la abuela a 400km., fiebre, tos, llantos con los dientes y del pediatra mejor no hablar... todo muy distinto pero con mucha felicidad también. Al menos la alegría y el buen humor no nos faltan!!



Pero por otra parte esta bebé tiene la suerte de que pisa por un camino allanado por su hermano, a quien para bien y para mal le toca ir despejando la senda del aprendizaje en nuestra casa. Esto me ahorra mucho trabajo con ella, tiempo que felizmente puedo dedicar al mayor que está en una etapa, las primeras lecturas, que necesita dedicación plena. Para llegar hasta aquí, la comprensión lectora hemos ido superando etapas y utilizando muchos y variados recursos que ya hemos ido compartiendo en el blog. Estos son algunos de los post que hemos ido publicando sobre lecto-escritura.








Espero que a vosotros también os sirvan. Un abrazo.

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